Modrić, la joya de Croacia

       

El estratega, de 37 años, atravesó una infancia dura marcada por la guerra y una pérdida irreparable. Pese a todo, logró salir adelante


La vida es un camino lleno de sorpresas, logros y fracasos. Pero la historia de Luka Modrić escapa de cualquier lógica: la gran figura de Croacia se crió en medio de la Guerra Yugoslava, en donde presenció el asesinato de uno de sus familiares cercanos.

El 10, que mañana guiará a su equipo en la semifinal ante Argentina, atravesó quizá una de las infancias más duras: con apenas seis años, tuvo que vivir en carne propia la Guerra de Independencia croata, la cual dio inicio en 1991 y concluyó cuatro años más tarde, en la que su abuelo perdió la vida al ser ejecutado.

A esa edad Modrić ya jugaba al fútbol y casualmente lo hacía en compañía de su abuelo, al cual quería como un padre. “Luka vio con sus propios ojos cómo mataban a su abuelo. No tuvieron otra opción que huir a Zadar para no ser asesinados a través de los bosques y las montañas”, relató en una entrevista el director deportivo del NK Zadar, elenco de dicha localidad.

Después de la dolorosa pérdida, Luka y sus padres tuvieron que abandonar su ciudad natal y vivieron de hotel en hotel junto a otros refugiados, huyendo de la guerra. Pese al calvario que atravesaban en ese momento, su papá nunca dejó de motivarlo en su incursión en el fútbol. A su corta edad, Luka demostraba un talento único y llamaba la atención de quienes le conocían.

Cuando el conflicto llegó a su fin, Svetko Custic, el entonces presidente del NK Zadar, fichó a Luka luego de que los rumores llegaran a sus oídos. “Él tomaba el balón y hacia malabares que hacían chicos de 20 años, él tenía 7 u 8”, rememoró Custic.

Con el pasar de los años, Modrić ratificó todo lo hecho en las juveniles de su club y a los 16 años fichó con el Dinamo de Zagreb. En un principio fue cedido a diferentes equipos bosnios y croatas para finalmente sellar su regreso en 2005 y convertirse en figura del club.

El destino lo llevaría luego al Tottenham inglés, y tiempo más tarde a un gigante de Europa: el Real Madrid, donde aún hoy se desempeña. En el Mundial de Rusia 2018, se quedó a las puertas del título luego de caer en la final ante Francia, aunque la FIFA lo eligió como el mejor jugador del torneo.

Hoy, a sus 37 años, sigue más vigente que nunca y la vida le sonríe. Con su enorme talento guió a su país a una nueva semifinal mundialista, esta vez en Qatar, donde irá por la gloria máxima. Más allá de cuál sea el destino de Croacia en esta Copa 

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